Regalar en Navidad

Una costumbre muy extendida es la de hacer regalos en Navidad o el día de Reyes a nuestros familiares, amigos muy íntimos o aquellas personas a las que queremos agradecer algún favor o detalle que han tenido con nosotros.



Es el momento de volver a tomar contacto con amistades que hace tiempo que no tratamos y, en general, de mostrar un talante amistoso y agradecido con todas aquellas personas que forman parte de nuestro pequeño mundo familiar, laboral o social. Desde las fiestas de celebración con los compañeros de trabajo a las felicitaciones de Navidad que enviamos a amigos y conocidos, el cada vez menos frecuente aguinaldo, o los regalos a aquellos a quienes queremos expresar nuestro agradecimiento, la Navidad es el fondo una de las festividades con mayor contenido de relaciones familiares y sociales.

Por ello, un regalo de Navidad ha de hacerse pensando siempre en la persona que lo va a recibir, y en esto reside gran parte del encanto y el placer de regalar. La elección de cualquier regalo, por nimio que sea, requiere cierta reflexión y lleva algún tiempo si queremos acertar con los gustos o necesidades de la persona a la que va destinado.

Lo más importante a la hora de hacer un buen regalo no es tanto su valor económico como el acertar con el gusto y personalidad de la persona a la que se lo ofrecemos, demostrando de este modo nuestro interés por ella. Para nuestros allegados resulta más adecuado el buscar regalos acordes con su personalidad, como libros de arte o relativos a alguna afición especial que cultiven, objetos de decoración o similares.



Un truco que resulta muy práctico consiste en prestar atención a los deseos que expresen nuestros destinatarios con algún tiempo de antelación, o a las últimas novedades que presenta el mercado en relación con alguna de sus aficiones. De esa manera lograremos sorprenderles y poner de manifiesto lo mucho que deseamos agradarles. Por otro lado, realizar las compras antes de que empiece la tormenta publicitaria dará singularidad a nuestro regalo y resultará muy beneficioso para nuestra economía.



También hay que cuidar al máximo la representación. Cualquier obsequio resulta más atrayente si está cuidadosamente envuelto con un bonito papel de regalo y algún otro detalle como lazos, flores secas o adornos de Navidad. Cuando son muchos los regalos que vamos a entregar, podemos utilizar pequeñas tarjetas con motivos navideños en las que escribiremos el nombre de la persona a la que va destinado cada uno.

Si el regalo que vamos a hacer es para agradecer un favor o la dedicación de una persona que no es de nuestra familia, debemos enviárselo a su domicilio o entregárselo en mano antes del día de Nochebuena o Año Nuevo, acompañado de una tarjeta con unas palabras de felicitación manuscritas. Cuando nosotros mismos recibamos un regalo de este tipo tenemos que responder con una tarjeta de agradecimiento y felicitación a la persona que nos lo ha mandado.
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